El
Menceyato de Adeje, Ichasagua y la memoria de nuestros antepasados
Cuando en 1502 del calendario cristiano
nuestros antepasados reconstituyen el Menceyato de Adeje bajo el liderazgo de
Ichasagua, la cohesión y la organización nacional, el poder, la soberanía de
los canarios era tal que los españoles no pudieron aplastar la declaración del
Menceyato por vía militar.
Tampoco pudieron desmontarlo por ningún tipo
de intrigas entre los canarios.
Tampoco los españoles supieron nunca quién
era el canario que lideraba el Menceyato, ya que aunque detuvieron al noble al
que ellos creían Ichasagua - D. Pedro de Adeje - esa detención no paralizó la
actividad del Menceyato por lo que los españoles tuvieron que liberarlo y
volver a aceptar la aplicación de las condiciones del Pacto de Estado de 1481,
ratificado por todos los sectores de Tenerife en los Realejos en 1496.
En ese pulso entre canarios y españoles,
estos últimos tuvieron bien claro que el poder real, la soberanía seguía en
manos de nosotros como así se estipulaba en el pacto del 30 de Mayo de 1481,
porque en un pacto de tipo confederal como el firmado entre Tenesor Semidán en
nombre del Reino de Canarias, y Fernando de Aragón en nombre de Las Españas,
la soberanía se comparte no se delega, no se renuncia. Y eso quedó claro en
Tenerife en 1502, y posteriormente en esa misma Isla cuando los españoles
intentaron cobrar impuestos a los canarios, o cuando esos mismos españoles no
quisieron aplicar el pacto a las Islas de El Hierro, La Gomera, Fuerteventura y
Lanzarote.
Por desgracia nosotros aún no hemos
recuperado la memoria colectiva de quién era Ichasagua antes de la declaración
de 1502. Sólo sabemos de él que tras la aceptación por los españoles de
cumplir las condiciones del pacto, Ichasagua viajó al Sol de los magos.
Sería una falta de respeto a la dignidad y a
la valentía de Ichasagua, y del resto del Menceyato, pensar que cuando él
decidió hacer el viaje ritualístico hasta el Sol para comunicarse con el otro
mundo de los magos, los que quedaron en este mundo de los magos estaban vencidos
o abandonados. No tiene sentido para un canario de palabra pelear hasta lograr
que el otro se siente a negociar, y en la negociación dejar botados a los tuyos
y luego desaparecer. No es digno de los Hombres Libres, los Hijos del Sol.
La realidad actual de nuestra Nación
evidencia que los españoles no están cumpliendo las condiciones pactadas en
1481, y que en algunos casos consiguen la colaboración de canarios para
desmontar seudolegalmente los derechos de soberanía que seguían vivos al
iniciarse el siglo XX del calendario cristiano, o para destrozar nuestro
territorio nacional, o para falsificar nuestra cultura y nuestra historia, hasta
la más inmediata. Pero esta dura realidad no puede llevarnos a los que no
colaboramos con los españoles, a denigrar la memoria de nuestros antepasados, a
desvalorizar lo que ellos hicieron, porque entre otras cosas gracias a lo que
hicieron ellos, el pueblo canario es de los pueblos del mundo que más enteros
llegamos a la actualidad tras tratar más de 500 años con los españoles. América
Latina es un ejemplo de lo difícil que es eso, y eso es gracias al pacto que
reafirmó Ichasagua, y que ratificaron en los Realejos, y que firmó en nombre
de toda la Nación Canaria Tenesor Semidán el 30 de Mayo de 1481.
Tenemos motivos para hacer lo mismo que
hicieron nuestros antepasados en 1502, pero tenemos el deber de hacerlo con la
misma dignidad, con la misma cohesión nacional, con el mismo poder con el que
lo hacían nuestros antepasados. La imagen del Mencey enloquecido de dolor y
rabia que huye por las montañas o se suicida a la europea, es una imagen de los
españoles que no es coherente ni con las propias crónicas que ellos cuentan, y
menos es coherente con el comportamiento de un pueblo como el canario que
necesita la dignidad y la honestidad para existir, incluso hoy, cuando por la
situación de desventaja y de descohesión nacional, la mayoría de los canarios
vivimos esa dignidad de forma individual no entrando en los juegos mezquinos de
los españoles y sus colaboradores. Como portadores de esa dignidad, antes que
declarar nada, lo que tenemos es que recuperar la cohesión nacional, el poder
de ser, la capacidad de soberanía para desde ahí, y como hizo Ichasagua,
exigir el cumplimiento de nuestros derechos.
Sobre la bibliografía de los datos.
Como todo sobre nuestra historia, la mayoría
de los datos se encuentran separados unos de otros incluso en un mismo autor, y
aunque tengan conección inmediata. Todos siguen el mismo patrón de historiador
que clasifica por Isla y no cronológocamente, así por ejemplo para seguir los
pasos de Jean de Bethencourt, uno tiene que leerse todo Abreu Galindo y
seleccionar las sitas de esa época para poder hacerse una imagen de lo que pasó
en aquella época en toda Canarias.
Esto dificulta el estudio de nuestra historia
y por eso los cronistas españoles y españolista nos desvertebran los hechos,
para que siempre tengamos una imagen desvertebrada de nuestra Nación.
Mi artículo recoge datos de diferentes autores
y por supuesto vistos de forma cronológica, que se pueden ver en el trabajo que AMAGA
publicó titulado "29 de Abril-3 de Mayo, dos fechas un mismo símbolo",
que se puede ver en la sección de historia de esta misma web, en el que se hace una estructuración cronológica
desde la constitución del Obispado de Telde en el Reino de Canarias -1351-. Y
pronto creo que terminaremos un trabajo sobre los derechos obstentados por
Canarias tras el pacto de 1481, de Calatayud.
Con todo el mejor relato de lo que fue el
Menceyato de Adeje lo da el único historiador que yo conozco que hace imagenes
de conjunto, Bethecourt Afonso.
Del pacto hablan muchos autores, Abreu
Galindo, Celso Martinez de Guzmán, el propio Bethencourt Afonso nos indica
algunos de los derechos de propiedad y fiscales tras la firma en Tenerife de la
firma de los Realejo.
Sobre la existencia de suicidios ritualísticos
(encuevamientos, desriscamientos, etc.) se habla en diferentes sitios muy de
pasada, sin embargo y como se indica en el trabajo de AMAGA que te cité antes,
es significativo que unos salvajes como los españoles, capturadores de cabezas
de enemigos para escarnio del resto - Lo hicieron con Doramas, y mucho en
Latinoamérica, e incluso en el RIF en el siglo XX-, no lo hicieron, y ni
siquiera constatan los cuerpos de los mismo, ni de Bentejuí, ni de Ichasagua, y
ni siquiera de Bencomo, respecto al que los propios cronistas españoles dudan
que la cabeza que exibió el de Lugo fuera la del Mencey.
Felipe Ros