De la Madre Tierra y las vírgenes canarias.

 

            Desde hace miles de años los magos hemos vivido la cultura del respeto al diferente, por eso nos alegramos cuando el Papa católico pidió perdón por las veces que los católicos no habían respetado otras culturas y creencias espirituales. La declaración papal nos hizo esperar que a partir de entonces la Iglesia Católica respetaría la forma de las creencias espirituales del pueblo canario porque de nada sirve pedir perdón sin enmendarse.

            Sin duda hay creencia, imágenes, advocaciones en Canarias hoy día que sintetizan diferentes fuentes espirituales, y el respeto mutuo exige que no se manipulen los significados y sentimientos del pueblo canario.

            En Gran Canaria la imagen central de la espiritualidad es la Madre del Pino, o como también se conoce hoy, la Virgen del Pino. Es un culto milenario que ha pervivido en todas las épocas de nuestra historia. Ni siquiera la inquisición, ni el nacionalcatolicismo del franquismo lograron apagar el valor que la Madre-Virgen del Pino tiene para los gran canarios.

            Es no cumplir con el perdón del Papa y con la promesa de respeto a todas las culturas del Mundo que la Iglesia Católica utilice a nuestra Matrona del Pino para lograr la participación de los canarios en el Jubileo, y luego salgan con eso de que lo importante es el Cristo, llegando algunos curas s silenciar el papel de la Virgen en la espiritualidad de los canarios.

            La diferencia de trato se pudo ver en el recibimiento que se hizo a los dos símbolos espirituales en la Iglesia de La Luz. Mientras al Cristo de Telde se le recibió oficialmente con voladores, nuestra Madre del Pino fue recibida con el silencio oficial que si no se notó fue porque la pasión milenaria del pueblo canario hacia nuestra divinidad estalló en un clamoroso recibimiento de corazones y aplausos que se sintió más hondo y más fuerte que los propios voladores. Seguro que nuestra Matrona quedó igual de contenta, porque a Ella lo que le importa es su pueblo. Pero que Ella no lo echara en falta, no quiere decir que no sea una falta de respeto de la Iglesia que incumple con la promesa papal.

            Lo mismo habría que recordarle a D. Antonio Cruz Domínguez, para que el respeto que otros le damos sea correspondido por él. D. Antonio no debería jugar a modificar la historia espiritual del pueblo canario. El respeto exige que acepten la realidad de que las diferentes advocaciones bajo la imagen de las Madres-Virgenes, tienen significados diferentes y todas son complementarias en la cosmogonía canaria. El Pino, La Rama-Las Nieves, El Rosario, La Peña, etc., juegan papeles centrales dentro de nuestra espiritualidad, pero no se debe olvidar que si la Iglesia católica admitió celebrar en Canarias La Candelaria el 15 de Agosto en vez del 2 de Febrero, se debe a que en Agosto los magos celebramos desde hace miles de años el ritual del año nuevo ante la Madre Tierra. El Beñesmen y La Candelaria quedaron desde entonces unidos y mantuvieron su celebración en toda Canarias. Contraponer a nuestra Madre del Pino con la Candelaria es una burla manipulación para que los canarios perdamos aquellos símbolos que nos unen desde siempre. Como buen católico el Sr. Cruz Domínguez debería pregonar el amor y no promoviendo enfrentamientos confundiendo las estructuras administrativas y políticas de diócesis divididas, con la unidad espiritual canaria conformada por un conjunto de creencias y celebraciones que han convivido durante miles de años.

 

AMAGA, Alternativa Maga Nacionalista.

Felipe Ros.