Armas Marcelo y su exclusión.                                 26 de abril de 1999

            Sentada en las Canteras en un atardecer transparente, mirando al Teide, dibujado como hermano de la montaña de Gáldar a través de las luces y colores de nuestro Sol. Sentada en la Cumbre de Gran Canaria, en las Tejitas, en Taganana, en Santiago de Teide, en la Madre del Agua en Pájara, etc.

Sentada en cualquier lugar de nuestra geografía, mirando al Norte, al Sur, al Este, o al Oeste por donde despedimos al Sol, sólo tengo que dejarme llenar por la luz de nuestro cielo, y por los recuerdos acumulados en las vivencias con mis antepasados inmediatos, para sentirme incluida, para saber quien soy, en que cultura soy.

            Sr. Marcelo, si lo miro desde la lectura política de lo que Usted intenta, por supuesto que me revelo, me afirmo contra la mentira que Usted pregona. Pero si lo miro desde el plano personal, lo que significa renunciar a su cultura madre, Usted me da lástima. Es normal que actue así sentado en Cádiz, mirándonos desde lejos, viéndonos como algo que hay que difuminar, desaparecer, para que Usted y otros igual de renegados, puedan vivir sin remordimiento de consciencia, sin que nunca recuerden la historia, la cultura, para eso tenemos que desaparecer nosotros, los canarios que vivimos desde nuestra historia milenaria, en nuestra cultura madre, la Maga.

            Desde lejos, con el corazón cultural más lejos aún que los km. desde donde nos  mira, es normal, muy normal que no nos vea, y que en sus fantasías interesadas nos confunda con personas de otras culturas, con otros comportamientos. No pretendo como Usted, decidir si son mejores o peores, solo afirmo nuestra diferencia y exijo el respeto a los valores culturales en que he crecido porque aunque a usted no le guste, yo logro la felicidad en la tradición maga.

            Viva tranquilo en Madrid, baje hasta Cádiz o suba a donde quiera, pero respétenos Sr. Armas Marcelo, los que estamos aquí en Canarias, los que nacimos en la matriz cultural maga, no necesitamos soliloquios y juegos dialécticos sobre lo que no se es. Al contrario que Usted, no sólo sabemos como somos, sino que además nos sentimos orgullosos de serlo.

            Estoy de acuerdo con usted, en que en la memoria de las Islas nunca se ha excluido a nadie, nuestra historia esta llena de acogidas y en miles de años nunca practicamos la exclusión cultural, pero debe matizarse dos cosas;

1.- En la memoria de las Islas, refiriéndonos a la memoria canaria, porque si analizamos la memoria española, de la que Usted es servil reflejo, es a nosotros a quien no se nos reconoce, se nos silencia, se nos niega, se nos excluye, hasta en la memoria de los españoles que residen aquí en el Archipiélago.

2.- Nuestra memoria no excluye, pero sobre todo no nos excluimos a nosotros mismos, aunque a Usted le duela, seguimos recordando como somos, desde que nacemos:

            -desde el lazo rojo contra las malas influencias

            -la estructura matrilineal de la herencia social.

            -el papel activo de la mujer en la vida familiar, incluso en el plano económico

            Y otras muchas formas de ser muy diferentes a las españolas sin que necesitemos entrar en debates de etnias o de grupos sanguíneos. Lo nuestro es más vivencial, más cotidiano. Sólo afirmamos ser como somos, aunque en los esquemas intelectuales de Europa no se nos entienda, nos da igual, respetamos pero no nos gusta sus costumbres, su cultura, preferimos vivir las nuestras.

Amaga, Alternativa Maga Nacionalista

Mónica Acosta Betancor.